Sale a pasear la doncella
sin estar acompañada
queriendo ver las
estrellas
El cielo brillando arriba
ella va sin darse cuenta,
muy alegre por las luces,
que un monje afuera la espera.
A la doncella la toma,
y cantando se la lleva.
Aunque ella se resista
la lleva a su fea cueva.
Ahí la esconde por días,
ahí el monje la encierra.
Un valiente caballero,
después de comer paella,
sale en busca de la dama.
Camina entre las estelas
con su compañero duende
en busca de la doncella.
En la noche congelada
logran hallar una cueva
donde el listo monje esconde
a la muy triste doncella.
Después de digna batalla
ganando heridas muy feas
el caballero y su duende
a la doncella se llevan.
El monje vivo en el suelo
toma de cristal su esfera
con su último gran esfuerzo
al caballero la avienta.
El pobre herido y sangrante,
con ardor en la cabeza,
confundido y lastimado,
dispuesto a seguir la guerra
le pide al duende la espada
que guardaba en su carreta.
Está el pobre monje alegre
Por romperle la maceta
al gran fuerte caballero.
El duende le hace la entrega
a su muy lastimado amo
de la espada pantera.
La toma muy decidido
y con ella se voltea
viendo al monje con odio
le rebana la cabeza.
Sublime, qué gran duende.
ResponderEliminar—Franco Anzures
Magnífico, brillante.
ResponderEliminarEl padre de todos los romances.
—El duende
No me rebane la cabeza
ResponderEliminar—el monje