Dos días atrás queso yo comía,
en mis obligaciones no pensaba.
Sin preocupación yo sonreía,
hasta que la tarea recordaba.
Aventé mi triste quesito al suelo
al correr buscando mis diez libretas.
Mientras iba llorando en mi pañuelo
tontamente choqué con las maletas.
Me recosté sobre el sucio mosaico
y logré ver a mi pobre quesito.
Aunque me estiré no lo alcancé.
A mí me observaba su ojo prosaico
aún quería comer al maldito.
Estando aquí pronto lo alcanzaré.
ta re feo xd
ResponderEliminar—Franco
Está muy chistoso, me gusta
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