miércoles, 22 de agosto de 2018

Historia Mínima de la Lengua Española—Lara

La lectura nos dice que donde se formó la lengua española fue en la península ibérica. Ahí habitaron diversas poblaciones mediterráneas que fueron posiblemente africanas.
Durante el periodo neolítica se hicieron unas pinturas en la cueva de Altamira, aproximadamente 13000 años antes de Cristo. No se ha encontrado nada en relación con su lengua. Después de estas civilizaciones llegaron los megalitos, quienes hacían sus tumbas con piedras grandes. Estas culturas formaban parte de otras en el corazón de Europa.
Tampoco se sabe nada de sus lenguas. Yo llego a suponer que no se sabe nada de sus lenguas puesto a que no se ha encontrado algún tipo de escritura o algo que semeje algo similar, pero es obvio que se comunicaban con su propia lengua.
Hubo varias civilizaciones, como la cultura de Almería, la cultura de los vasos de campana y la cultura de los campos de urnas. Muchos llegaban del norte de Africa. Ninguna lengua de estos pueblos primitivos se conoce.

Los turtedanos no tenían una lengua indoeuropea como el resto de los pueblos. Ellos tenían su propia escritura, la cual no se considera que haya sido original de ellos, sino como una invención a partir de un alfabeto fenicio. Su escritora consta de dos semisilabarios y una adaptación del alfabeto griego. Escribían de izquierda a derecha. Su alfabeto tenía doce letras: a, e, i, o, u, m, n, ´n, r, ´r, s, ´s. También contaban con quince letras silábicas: ba, be, bi, bo, bu, ta, te, ti, to, tu , ka, ke, ki, ko, ku.
Es interesante que tienen las mismas vocales que la lengua española hoy en día.

Otro de los pueblos indígenas de la península, considerado uno de los más antiguos, es el vasco. Su lengua fue el más importante sustrato aborigen de la formación del español. Una de las características que tiene su lengua con el español actual es que, igual que con la de los turtedanos, su alfabeto consta de cinco vocales. Contaba también con la posibilidad de acumular varias preposiciones en la oración. También podían sustantivar el infinitivo. Existen muchos otros préstamos del vasco al español.

Hacia el siglo V a.C. llegaron a la península los pueblos indoeuropeas, comenzando por los celtas, quienes eran originarios de Europa oriental y el sur de Rusia. Los celtas se mezclaron con el resto de los pueblos conformando el pueblo llamado celtíbero. Debido a su posición geográfica distribuida en los territorios que ahora son Francia y España, tuvieron una importante influencia de su lengua del tronco indoeuropeo a otras.

En el español se encuentran muchas palabras de origen celta todavía, por ejemplo: abedul, aliso, álamo, beleño, berro, garza, estancar, tranzar, y otras. Hay muchos vocablos en el español que se consideran provenientes de lenguas prerromanas, sin que se pueda precisar de qué lengua provienen.

El mar Mediterráneo sirvió para facilitar la navegación entre sus orillas. Los pueblos desarrollaron una práctica comercial marítima que los extendió por el Mediterráneo con el objetivo de mejorar su abastecimiento de alimentos y dar oportunidades de subsistencia a los jóvenes. Con el tiempo se fueron formando los matrimonios mixtos para mantener sus colonias.

Considero que después de estarse mezclando con matrimonios, comercios y demás asuntos, sus lenguas lo comenzaron a hacer también. Encontrando así una manera de comenzar a comunicarse entre todos los pueblos, tomando préstamos de palabras y adaptándose a alguno que otro sufijo y diferentes estructuras en la comunicación.

Las Guerras Púnicas le abrieron paso a Roma en la Península ibérica, la cual le ofrecía grandes recursos mineros y agrícolas. Su avance continuó hacia el norte hasta someter a los pobladores cántabros bajo el imperio de Octavio Augusto. El Imperio Romano era muy grande, así que el multilingüismo era  era una cosa muy común, los pueblos eran conquistados y formaban parte del imperio pero seguían conservando su lengua. Muchos conservaron su lengua por largo tiempo, hasta que fueron adoptando el latín convirtiéndolo en la lengua materna de los hispanos. Este latín fue adquiriendo características propias muy diferentes a las que tuvo en otras regiones del imperio.

La romanización terminó por incorporar de manera definitiva Hispania a la cultura de Roma y a su lengua. Se adaptaron tanto al latín, que aun después de que los hablantes del árabe ocuparan la península durante siglos, no se perdió la latinidad.

El latín es una lengua del tronco indoeuropeo. Para que se desarrollara en los hablantes un sentido de pertenencia y orgullo, se utilizó la épica y el teatro. Se tradujeron fragmentos de la Odisea al latín. Esta literatura dio lugar al latín clásico.  Éste no es el latín que hablaban los romanos, sólo era utilizado por cierto sector de la sociedad el cual era mínimo. El latín vulgar era el que se hablaba entre los pobladores.

El pensamiento gramatical griego determinó la elaboración de la gramática latina, como una forma reflexiva del latín clásico.

El latín vulgar se había propagado entre pueblos de lenguas diferentes. A decir verdad, la expansión del latín por Hispania fue bastante lenta. Al principio coexistió con otras lenguas aborígenes, antes de que se adoptara del todo. La gente culta en Roma apreciaba más el griego que el latín, escribiendo muchas obras en esta lengua. Al parecer no había cierto sentimiento de identidad o de orgullo como se esperaba obtener al introducir elementos literarios.

Siento que la razón por la cual la gente llegaba a preferir el griego, es porque las obras y los textos estaban escritos solamente en el latín clásico, el cual no era hablado por la mayoría. Esto me hace pensar que desconocían en cierta parte lo que realmente su lengua podía llegar a ser, puesto a que la manera en la que lo hablaban, el vulgar, tenía una estructura algo más sencilla. Quizá el griego haya sido más conocido por la gente que el mismo latín clásico. No se puede considerar algo que no conoces como tu identidad, y menos se puede estar orgulloso de ello. Después de todo, la mayor parte de la población era analfabeta. No podían leer ni escribir el latín clásico y mucho menos el vulgar.

La evolución del latín hacia las lenguas romances comenzó antes de la desaparición del imperio romano. Esto es curioso, uno siempre pensaría que la evolución de esta lengua fue después de mucho tiempo terminado el imperio. El imperio abarcaba tantos territorios, que la comunicación entre ellos estaba algo limitada, que poco a poco en cada región las personas iban evolucionando el latín que hablaban en algo nuevo y diferente.

Poco a poco se fue desarrollando el papel de la escritura en la vida social de las personas. Antes sólo tenía la función de tener registros de los acontecimientos políticos que eran relevantes, y la pauta para ritos religiosos. Después de un tiempo la escritura comenzó a difundirse en epígrafes y graffiti. La gente iba aprendiendo a leer y a escribir, y la escritura se iba aplicando a diferentes cosas.

Durante la república romana el latín sólo se escribía con letras mayúsculas, se utilizaban las minúsculas para frontones, monumentos, lápidas y arcos triunfales. A partir del siglo IV apareció una escritura que combinaba mayúsculas con minúsculas. Se llamaba uncial. Se escribía de izquierda a derecha y no se dejaban espacios, esto la volvía difícil de leer. Llegaron a utilizar puntos para dividir las palabras.

Esta escritura continua dificultaba la lectura y su correcta comprensión. Realmente debió haber sido difícil lograr leer algo que está todo pegado, y no solamente porque nosotros no estamos acostumbrados a ellos, sino porque al hablar también se requieren ciertas pausas que permiten diferenciar las palabras de otras. Era muy confuso reconocer letras, sílabas, palabras y oraciones.
Para poder leer, en vez de buscar una nueva manera de escritura, pensaron en un proceso de lectura que se dividía en varias partes:

Lectio: se descifraba verdaderamente el texto para reconocer los elementos.
Pronuntiatio: la lectura en voz alta.
Enmendatio: aquí se corregían errores del copista, errores del análisis y errores de enunciación.
Erratio: para identificar y comentar el vocabulario, y mediante esa identificación, comprender el texto.
Iudicium: se valoraban sus cualidades estéticas o morales.

Todos estos pasos y su manera de ser la escritura, hacía que la lectura fuera muy lenta y difícil. Se requería cierto nivel de concentración para poder comprender lo que se leía. Es gracioso pensar que en vez de seguir todo este proceso, lo único que debieron hacer para facilitar las cosas habría sido separar las palabras. Esto me hace creer que la evolución de la escritura y lectura iba un poco lento.

Los textos sociales y políticamente importantes se escribían en rollos de papiro, importados de Egipto, que se enrollaban alrededor de dos pernos.

A partir del año 39 antes de Cristo comenzaron a formarse las bibliotecas públicas. Ahí se reunían volúmenes y los ponían a disposición de más lectores que los que fueran capaces demandar a copiarlos para sus bibliotecas privadas; con la aparición de estas bibliotecas se reforzó el interés por las copias. Los textos personales se escribían sobre tabletas de cera o en lino. Trazaban las letras con un carbón. Esto va dando origen a los códices. Un medio de escritura que más se utilizó por el cristianismo.

Los códices permitían incluir más texto, mejor ordenado y de fácil localización. También se podía sostener con una sola mano y transportarlo con facilidad. Antes los pergaminos tenían que leerse solamente poniéndolos en una mesa grande, porque era muy difícil cargarlos y transportarlo.

Acostumbraban a leer en voz alta, para darle mucha expresividad a lo que leían. A los jóvenes les enseñaban dónde contener la respiración, dónde hacer una pausa y dónde terminaba el sentido de una oración. También cuándo debían bajar y subir la voz. La lectura en silencio era muy poco frecuente.

Conforme el imperio decaía y las comunicaciones y la educación se iban deteriorando, cada región comenzó a evolucionar de manera relativamente diferente.

En el latín la cantidad o duración de las vocales al hablar cambiaban por completo la palabra, no se podían pronunciar más vocales porque se perdí el sentido. Su cantidad vocálica era fonológicamente pertinente. En el español sí podemos hablar pronunciando más largas las vocales para crear cierto énfasis en algunas cosas.

Poco a poco las regiones iban evolucionando su lengua, cambiando el uso de las vocales, las consonantes, de la morfología, su vocabulario y la sintaxis.
Durante la clase de la semana pasada hemos visto dónde se originan los fonemas del español en nuestra boca. 
El año pasado, en mi curso de etimologías grecolatinas, trabajamos con una tabla similar a ésta. 

De esta manera hemos identificado la evolución de algunas palabras y la manera en la que fueron cambiando para facilitar su pronunciación. 
Anexo un ejemplo: 

En este caso se puede observar cómo se fueron perdiendo algunas letras e incorporando otras para facilitar la pronunciación, llegando a lo que es una palabra de la lengua española. Hay muchos fenómenos de esta evolución, como lo es la yod. 
Un ejemplo de la yod es de cómo pasó a ser España de Hispania, poco a poco la palabra fue acomodándose a los fonemas de las regiones. Se puede observar que la sílaba ni llega a ser reemplazada por la ñ. 

El latín viene de la lengua indoeuropea, una lengua cuyo origen no es posible localizar y que poco a poco fue evolucionando desde el latín a las lenguas romances como lo es el español. 


1 comentario:

  1. De todos los blogs que he leído el tuyo es el más interesante y el que mejor se entiende.
    ¡Felicidades!<3 <3 :)
    Soy tu fan.

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